Hay un sinfín de imágenes poderosas –con una amplia gama de colores, personajes y situaciones– en The Ghosts Cult and Big Brother: Mad on the Final Black Night, pero solo una la resume a la perfección: la imagen de un soldado desorientado en un bosque que llora por una guerra que lo está consumiendo. Así, esta audaz ópera prima se propone crear una representación de la opresión política durante el siglo XX, con una profunda reflexión sobre la Historia y también sobre la tradición del lenguaje cinematográfico. En la intersección entre documental experimental y ensayo detectivesco, Green Geng se nutre de relatos individuales para componer un retrato inasible sobre la memoria colectiva de los pueblos orientales.